‘El callejón de las almas perdidas’, la nueva película de Guillermo del Toro que se vincula a los cines de Ecuador | Cine | Entretenimiento

La película narra la historia de Stanton Carlisle, un hombre errante con un pasado oscuro que establece su hogar en una feria rovante.

Guillermo del Toro puede ser el primero en afirmar que hacer películas nunca es sencillo. El director detrás de La forma del agua, El Espinazo del Diablo y El laberinto del fauno, por mencionar unas pocas, experimentó con las alturas del cine, empleándose un poco más con los límites en cada ocasión para plasmar su singular visión. Pero para lo que no estaba preparado fue para una pandemia que interrumpiera el rodaje de su nueva película, El callejon de las almas perdidas, que desde este jueves se estrenará en los cines a nivel nacional.

Abocado por completar su adaptación del clásico de la literatura negra de William Lindsay Gresham -adaptado por primera vez en la pantalla grande en 1947 por Edmund Goulding y protagonizado por Tyrone Power-, había un sentido de ritmo palpable mientras Bradley Cooper y Richard Jenkins interpretaban una escena en la que el personaje principal, Stanton Carlisle, es sometido a una prueba de polígrafo, o detector de mentiras. En otro lugar, los equipos de producción prepararon el terreno para transformarlo en una deslumbrante feria de atracciones de la década de 1940.

La película está protagonizada por Bradley Cooper, Cate Blanchett, Toni Collette, Willem Dafoe, Richard Jenkins, Rooney Mara, Ron Perlman, Mary Steenburgen y David Strathairn. El equipo creativo formado por los productores Guillermo del Toro pga, J. Miles Dale pga y Bradley Cooper pga, el director de fotografía Dan Laustsen, la diseñadora de producción Tamara Deverell, el diseñador de producción Luis Sequeira, el montador Cameron McLaughlin y el el compositor Nathan Johnson.

El director, guionista y productor mexicano cuenta en detalle el proceso de la producción de El callejón de las almas perdidas.

Ron Perlman da vida a Bruno es El callejón de las almas perdidas. Él fue el inspirador de esta adaptación unos 30 años atrás. ¿Cómo fueron esos primeros pasos?

Ron y yo estábamos conversando en su casa mientras hacíamos Cronos. Habíamos visto Gunga Din y luego elmer gantry, ni bendito ni maldito. Y Ron me dijo: “Sabes, hay una película llamada El callejon de las almas perdidas, con Tyrone Power, y me encantaría hacer una nueva versión”.

Entonces fue y compré el libro de William Lindsay Gresham. Pero ¿cómo podríamos obtener los derechos? Hablamos con nuestro mánager de aquel entonces, y nos enteramos de que la película no solo was a título del catálogo de Fox, lo que hacía imposible poder comprar los derechos, till que además en Fox was a película celamente guardada para rehace Tyrone Power la interpretó con una pasión tan extraordinaria, y Zanuck la presentó con mucha indiferencia. O, estaba más interesado en proteger la imagen de buen tipo de Tyrone Power, de héroe e ídolo de matiné. La película fue considerada como una oveja negra en su filmografía, así que no había ningún interés en volver a hacerla.

En cualquier caso, sencillamente nos olvidamos de ella. Y luego Kim Morgan y yo estábamos hablando de escribir algo juntos, y pensé, bueno, ahora estamos en 20 th Century Fox -como se llamó en ese momento- y acabábamos de hacer La forma del agua para Fox Searchlight.

¿Qué elementos del libro no estaban en la película de Tyrone Power? ¿Qué lo hizo volver al libro?

Bueno, la película original, para mí es una de las mejores interpretaciones que realizó Tyrone Power. Lo que hace o no hace con el libro para mí es irrelevante. No voy ni siquiera a intentar entender que debe haber sido trabajar dentro del código Hays y esa fuerte jaula moral dentro de las cuales deben existir las películas. Lo que yo quería hacer era volver sobre el material original para tratar de recuperar parte de esos elementos freudianos, junguianos y de alguna manera surrealistas del libro; y, en algunos casos, ni siquiera ser fiel a él, hasta mi lectura y al espíritu del libro que yo percibía.

¿Cuán consciente era de querer evitar los clichés del género negro en su versión?

Cuando Kim Morgan y yo estábamos conversando -y Kim es una gran estudiosa del género-, dice: “Lo último que quiero hacer es un clásico del cine negro”, porque en mi opinión, la novela pertenece a un momento de la literatura norteamericana. de donde tenias El día de la langosta, disparan a los caballos, ¿no?, señorita Lonelyhearts, y James M Cain en general, que realmente tratan de la cara oculta de los Estados Unidos. El concepto de negro as a genero wine después y para mí is a montón de tipos using persianas venecianas, un ventilador y sombreros de fieltro. No quería hacer nada de eso. No quería sostener un saxofón o una voz en apagado, nada de esas cosas.

El cine negro por ejemplo un genero muy afectado por el terror y el expresionismo aleman. Pero también narra una caída, una tragedia. Es inexorable: no por la fuerza del destino o la voluntad de los dioses, sino por las falibles decisiones humanas. El destino del personaje está en sus manos.

Esta es una película sobre un hombre que cree que lidera, pero en rigor, solo va detrás. Todas las mujeres es un paso delante de él, tanto emocional como intelectualmente. Y en muchos aspectos, la película está contada desde el punto de vista del aldeano. Stanton es el personaje que menos principesos morales sostiene.

Ese es un tema común en su obra. ¿Quién es el verdadero monstruo? Y por lo general no suelen serlo los fenómenos o los monstruos.

Sí, pero en cierto sentido, esta es la primera vez que sigo al antihéroe, y fue algo interesante porque realmente quería entenderlo. Esta no es una película sobre un personaje al que no quiero. Yo quiero en Stanton, incluida la institución: es un personaje movido por el miedo… Pero que toma todas las decisiones equivocadas.

Originalmente había querido rodar La forma del agua en blanco y negro. Dado que decididamente querías alejarte de los clichés con El callejon de las almas perdidas¿Siempre su idea para esta película fue hacerla en color?

Nunca consideré rodarla en blanco y negro, pero quería que la dirección de arte y la iluminación se hicieran como si fuera en blanco y negro. Con La forma del agua si habia querido, pero en El callejon de las almas perdidas siempre quise que el color fuera a más de la narración elemento. De hecho, algunos de los colores siguen un código, como es habitual; como que la feria es roja, y Stanton deja atrás el rojo, pero Molly lo levanta con ella. En la ciudad, todo es blanco y negro y dorado.

Todas son superficies espejadas. Ex arte deco, así que hicimos que todo en la ciudad fuera bright, los listones de maple, los pisos pulidos, el vidrio. La pintura es exquisita y brillante. Luego logramos un claro contrastado con el aserrín, la lona vieja y la madera de la feria. Pero esta es una película en blanco y negro que está rodada en color. La dirección de arte la hicimos para una película en blanco y negro y hay una versión en blanco y negro de la película que es asombrosamente hermosa.

Usamos muchos verdes y rojos y dorados, que son los que te dan los hermosos tonos medios. Utilizamos iluminación cruzada de estudio clásico. Usamos las sombras expresionistas del cine negro, pero luego introdujimos una capa de color rojo, como en la toma en la que Stan habla por primera vez, con esa lona roja detrás de él, pero él está en las sombras. Esa toma es impresionante en color, pero también es impresionante en blanco y negro.

Mientras tanto, cuando se quemaba la película, el diario de materiales en mi computadora y se activaba y el filtro de la escala de grises para ver cómo se veía. Y pensé: “Por Dios, esta película es hermosa tanto en color como en blanco y negro, ¿qué debo hacer?”. Creo que lo bueno fue que optamos por hacer ambas. Optamos por hacer una película que, si fuera necesario, puede funcionar en ambos formatos.

Bradley Cooper en una calle de El callejón de las almas perdidas. Foto de Kerry Hayes. © 2021 20th Century Studios Todos los derechos reservados Foto: Kerry Hayes

Las escenas de la película que tienen lugar en la feria son su oportunidad para darles suelta a lo que a diseño y ejecución se refiere. ¿Qué supuso la creación de ese set?

La primera decisión que tomamos con Tamara y Dan en el set de la feria fue que queríamos construir una feria verdadera. Habíamos visto películas rodadas en escenarios con pantallas azules y les faltaba vida. El viento en nuestra ubicación hacía flamear las tiendas y las hacía vibrar, y hacía batir sus lonas y les daba un ritmo, como un latido. Así que dijimos: “Corramos el riesgo y construyamos la feria”.

Suponía un gran riesgo porque estás expuesto a la lluvia y al viento. Y tuvimos mucho de ambos ya que construimos el set antes del confinamiento y quedó armado durante todo el tiempo que estuvimos aislados… Bueno, parte de él lo hizo, la otra se voló [ríe].

El segundo riesgo fue que si te excede un milímetro de más en la dirección de arte, se vuelve imaginativo. Se vuelve una declaración estética. Como: “Mira qué ingeniosos fueron en el diseño de la feria”. Nosotros queríamos mantener la crudeza y la realidad de una feria itinerante. Ese carácter cutre que aguanta a veces. Fue extremadamente difícil, por ejemplo, encontrar el lenguaje adecuado para los carteles de la feria. Tenían que parecer reales.

Hay tres o cuatro diseñadores clave en la historia de las ferias de atracciones que abandonaron su marca. Tuvimos que deducir y reconstruir su tipografía, la forma en la que presentaban sus carteles, qué elementos usaban para impactar, asombrar, fascinar. Frases como: “Viven para vuestro disfrute científico, pero ¿por qué?”. La forma de redactar las frases era muy, muy importante. El trabajo realizado junto con Tamara fue tan pormenorizado que un podía expandirse y hacer foco en cualquier detalle de la feria, era demencial. Todas las bolsas de palomitas de maíz son de época. Los globos, los trofeos, los muñecos, todos son reales. Hasta las fijaciones en las esquinas de las lonas fueron hechas a mano en cuero y bronce para que se adapten a la época. Los cubiertos, la cocina, todo debe ser auténtico. Es un trabajo descomunal. Y luego, había que hacer un segundo set cinematográfico igualmente completo en la ciudad.

Willem Dafoe (i) y Bradley Cooper en una escena de la película. Foto de Kerry Hayes. © 2021 20th Century Studios Todos los derechos reservados Foto: Kerry Hayes

Mencionó que debía refrenarse para no dejarse por la imaginación, y tras el éxito de La forma del agua, gozaba de un nivel de libertad que nunca antes habia tenido. ¿Qué tanto autocontrol le requiere no dejarse llevar por completo?

Bueno, te lo diré así: siempre movemos la cámara, siempre, pero no de manera ostentosa. La idea era mantener la cámara baja como si se tratara de un niño curioso, con la intención de mirar por encima de los hombros de la gente, entre los huecos de sus piernas, tratando de obtener una buena visión, pero no puedo evitar terminar siempre colocando la cámara sobre una grúa o una muñequita o un estabilizador.

Había una toma en un autobús, que finalmente fue recortada de la película, que consistía en un plano subjetivo del personaje de Bradley. Y Bradley me dijo: “Te reto a que no muevas la cámara. Porque es una toma subjetiva en la que yo estoy quieto sentado”. “Uf”, pensó, pero pidió que me trajeran el trípode. Es el elemento del equipo que jamás desembalo. En la final, igual la rodamos con un muñequita, pero mantiene la cámara en silencio durante toda la toma. Y luego en la toma siguiente, moví la cámara.

No puedo evitarlo [ríe]. Pero lo que creo es que la cámara siempre tiene que hacer preguntas, del tipo “¿qué es eso?” y “¿qué es lo que estoy viendo?”. Moviendo la cámara, yerno esas preguntas.

Esta película es principalmente descubrir sobre un hombre que está buscando quién es, de manera que la única opción era que la cámara lo siguiera todo el tiempo. Cada vez que Bradley está en un contexto nuevo, la cámara va detrás de él.

Experimentamos con él. (Y)

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